Napoleón Hill nació en 1883 y murió en 1970, ha sido quizás el hombre más influyente en el área de logro personal de todos los tiempos. Gracias a sus más de 500 entrevistas a millonarios que le revelaron el origen de su riqueza, pudo recopilar la esencia de cómo alcanzar el éxito.
El resultado de su trabajo fue una filosofía con 15 capítulos basados en cómo estos hombres ricos alcanzaron el éxito, adquirían riqueza y construían imperios comerciales.
Piense y hágase rico es una obra diseñada a partir de una experiencia para conseguir el triunfo económico y personal de la humanidad entera.
Comenzamos hablando de pensamientos. Así comienza este libro en su capítulo 1. Realmente “los pensamientos son cosas”, y cosas poderosas cuando se mezclan con propósitos definidos, perseverancia y un ardiente deseo de traducirlos en riquezas o en otros objetos materiales.
Cuando uno realmente DESEA algo tan profundamente que está dispuesto a jugarse todo su futuro por ello, tiene todas las de ganar.
Los psicólogos han dicho que “cuando uno está realmente preparado para una cosa, hace que aparezca”. ¡Qué diferente sería la historia de la humanidad si adoptaran un propósito definido y se atuvieran a él hasta que con el tiempo, se convirtiera en una obsesión perseverante!
Puede ocurrirte que cuando te llega la oportunidad, lo haga de una forma y con una dirección muy distinta a la que tú esperabas. Es una de los caprichos de la oportunidad, ya que tiene el astuto hábito de entrar silenciosamente por la puerta trasera y muchas veces llega disfrazada de mala suerte o de fracaso temporal. Quizás sea esta la razón por la que tantas personas no son capaces de identificarlas como oportunidades.
La primera clave que Napoleón nos brinda es la de tener un deseo concreto. En el libro se cuenta la historia de muchos hombres que no tenían nada con qué empezar excepto la capacidad para saber lo que quería y la determinación de permanecer fiel a ese deseo hasta haberlo realizado. Muchos no tenían dinero con el que comenzar. Su educación era muy escasa y carecían de influencias. Pero sí tenían iniciativa, fe y el deseo de triunfar. Y esto te da un poder intangible que muchos emprendedores que empiezan con dinero y con educación e influencias.
Una de las causas más comunes del fracaso es el hábito de claudicar cuando a uno lo vence una frustración temporal.
Antes de que aparezca el éxito en la vida de cualquier persona, seguro que va a padecer frustraciones temporales, y, quizás algún fracaso. Cuando una persona sufre una derrota, lo más fácil y lo más lógico, es abandonar. Eso es precisamente lo que hace la mayoría.
Los 500 hombres más exitosos que ha conocido Estados Unidos, le confesaron a Napoleón que su mayor triunfo supuso únicamente un paso más a partir del punto en el que se había alcanzado la derrota. El fracaso es un embustero con un sentido agudo de la ironía y la astucia. Se deleita haciéndonos tropezar cuando el éxito está a un tiro.
Y la pregunta que nos surge es, ¿dónde y cómo podemos aprender el arte de convertir la derrota en un escalón hacia la oportunidad? Este libro se escribió para contestar a esta pregunta.
A veces un deseo sólido es lo que uno necesita para lograr el éxito.
Antes de seguir avanzando con este enfoque, el escritor nos da esta propuesta:
“Cuando las riquezas comienzan a llegar, aparecen tan rápidamente y en tal abundancia que uno se pregunta dónde han estado escondiéndose todo este tiempo de escasez”
Las riquezas comienzan con un estado mental, con un propósito definido y el éxito les llega a los que adquieren consciencia del éxito.
El objeto de este libro es ayudar a todos los que quieren aprender el arte de cambiar su enfoque de una consciencia de fracaso a una consciencia de éxito.
Otra debilidad que encontramos en muchas personas es el hábito de medir todo y a todos de acuerdo con sus propias impresiones y sus propias creencias. Algunos de los que oigan este audio pensarán que no pueden pensar y hacerse ricos. No pueden pensar en términos de riqueza por que su forma habitual de pensar está sumida en la pobreza, la necesidad, la miseria, el fracaso y la derrota.
Como Henley escribió: “Soy el dueño de mi destino, soy el capitán de mi alma”
¿Por qué? Pues porque tenemos el poder de controlar nuestros pensamientos. El poeta nos debería haber dicho que nos movemos y tenemos nuestro organismo con un campo energético que vibra a una velocidad, este campo se adapta a la naturaleza de los pensamientos que fluyen en nuestra mente y nos influye, de manera natural, para convertir nuestros pensamientos en su equivalente físico.
Nos debería haber dicho que este poder no distingue entre pensamientos destructivos o constructivos y que nos instará a transformar en realidad física los pensamientos relacionados con la pobreza, con la misma velocidad con que nos influirá para actuar sobre los pensamientos relacionados con la riqueza.
Nos debería haber dicho también, que nuestros cerebros se magnetizan con los pensamientos que dominan nuestra mente y que, por medios con los que no estamos familiarizados, estos “imanes” atraen hacia nosotros las fuerzas, las personas y las circunstancias de la vida que están en armonía con la naturaleza de nuestros pensamientos dominantes.
El punto de partida de todo logro y el primer paso hacia la riqueza es tener un deseo definido y dominante. Permanece fiel a tu deseo hasta que se convierta en la obsesión dominante de tu vida y finalmente, en una realidad. Quema todos tus barcos tras de ti y arriesga todo tu futuro para lograr lo que quieres. No te permitas ni una sola forma posible de abandonar. Graba esto en tu mente: Ganar o perecer.
Y ahora Napoleón nos habla de un método por el cuál el deseo de tener riqueza puede convertirse en su equivalente económico. Consta de 6 pasos concretos y prácticos:
- Determinar mentalmente la cantidad exacta de dinero que uno desea. No basta con decir “Quiero mucho dinero”. Hay que especificar la cantidad.
- Determinar exacamente lo queuno pretende dar a cambio del dinero que desea (No existe tal realidad de obtener algo a cambio de nada)
- Establecer el plazo concreto en el que se tiene previsto poseer el dinero que se desea.
- Idear un plan definido para conseguir el deseo y empezar de inmediato, tanto si estamos preparados como si no, a poner en práctica dicho plan.
- Redactar una declaración clara y concisa de la cantidad de dinero que pretendemos adquirir, mencionar el plazo límite para su adquisición, exponer aquello que vamos a dar a cambio del dinero y describir claramente el plan con el que pretendemos acumularlo.
- Leer la declaración en voz alta, dos veces al día, una de ellas antes de acostarnos y la otra al levantarnos por la mañana. A medida que uno lea, debe verse, sentirse y creerse en posesión del dinero.
Es fundamental que sigamos las instrucciones descritas en estos seis pasos y en especial las del sexto párrafo. Uno puede quejarse de que es imposible “verse en posesión del dinero” antes de tenerlo realmente. Aquí es donde acudirá en su ayudael deseo ardiente. Si uno verdaderamente desea dinero con tanto entusiasmo que su deseo se vuelve una obsesión, no hallará ninguna dificultad en convencerse de lo que adquirirá. Solo aquellos que adquieren “consciencia del dinero” acumulan grandes riquezas.
Detrás de toda demanda de cosas nuevas y mejores en nuestra vida, hay tres cualidades que uno debe poseer para ganar: la concreción del propósito, el conocimiento de lo que uno quiere, y un deseo ardiente de poseerlo.
El deseo respaldado por la fe no conoce la palabra imposible.
La visualización y la creencia en el logro de un deseo es el segundo paso hacia la riqueza.
Cuando la fe se combina con la vibración del pensamiento, el subconsciente capta instantáneamente la vibración, la traduce a su equivalente espiritual y la transmite a la Inteligencia infinita, como ocurre en las plegarias.
La fe, el amor y el sexo son las emociones más poderosas de las principales emociones positivas.
LA FÓRMULA PARA GANAR AUTOCONFIANZA
- Sé que tengo la capacidad de conseguir el objeto del propósito definido de mi vida; por lo tanto, me exijo ser persistente y perseverante hasta conseguirlo, y aquí y ahora prometo actuar de este modo.
- Sé que los pensamientos dominantes en mi mente finalmente se convertirán en actos externos y físicos y se transformarán gradualmente en una realidad física; por lo tanto, concentraré mis pensamientos durante treinta minutos al día en la tarea de pensar en la persona en la que deseo convertirme, para crear así en mi mente una imagen mental clara de esa persona.
- Sé, por el principio de autosugestión, que cualquier deseo que albergue con persistencia en mi mente finalmente buscará expresarse a través de ciertos medios prácticos para lograr el objetivo que hay detrás de él; por lo tanto, dedicaré diez minutos al día a exigirme ganar confianza en mí misma.
- He anotado claramente una descripción de mi principal meta definida y nunca dejaré de intentarlo hasta que haya ganado la suficiente confianza en mí mismo para conseguirla.
- Comprendo muy bien que no hay riqueza ni posición que pueda durar mucho tiempo a menos que tenga una base leal y justa; por lo tanto, no me involucraré en ninguna transacción que no beneficie a todos los implicados. Mi éxito se derivará de la atracción de las fuerzas que deseo utilizar y dela cooperación de los demás. Induciré a los demás a servirme porque estaré dispuesto a servirlos también a ellos. Terminaré con el odio, la envidia, los celos, el egoísmo y el cinismo a base de fomentar amor por toda la humanidad, porque sé que una actitud negativa hacia los demás nunca me dará el éxito. Lograré que los demás me crean porque creeré en ellos y en mí mismo.
- Firmaré con mi nombre esta fórmula, la memorizaré y la repetiré en voz alta una vez al día, con plena fe de que gradualmente tendrá influencia sobre mis pensamientos y acciones para así poder tener confianza en mí misma y triunfar.
Las instrucciones dadas aquí se combinarán con los siguientes tres pasos:
Primero: vaya a un lugar tranquilo (preferiblemente en su cama por la noche) donde no puedan molestarlo o interrumpirlo, cierre los ojos y repita el voz alta (para que pueda oír sus palabras) la declaración escrita de la cantidad que desea ganar, la fecha límite y una descripción del servicio o mercancía que quiere dar a cambio del dinero. A medida que lleve a cabo estas instrucciones debe verse ya en posesión del dinero.
Segundo: repetir este programa día y noche hasta que pueda ver en su imaginación el dinero que quiere acumular.
Tercero: colocar una copia escrita de su declaración donde pueda verla todo el tiempo y leerla justo antes de acostarse y al levantarse hasta memorizarla.
Cabe recordar que realizando estas instrucciones, uno está llevando a cabo el principio de autosugestión para dar órdenes a su subconsciente.
En el capítulo 5 se habla de los conocimientos especializados. Existen dos clases de conocimientos: el conocimiento general y el conocimiento especializado. Tener una gran variedad o cantidad de conocimiento general apenas sirve para acumular dinero. Las facultades de las grandes universidades poseen prácticamente toda forma de conocimiento general sabido por la civilización. La mayoría de los profesores tienen muy poco dinero, si es que tienen alguno. Se especializan en enseñar conocimientos, pero no se especializan en la organización ni en el uso de dichos conocimientos.
El conocimiento no aporta dinero a menos que esté organizado y dirigido con ingenio, por medio de planes de acción prácticos, a un fin definido para acumular dinero.
Muchas personas cometen el error de asumir que, como Henry Ford tuvo muy poca “escolarización”, no es un hombre con “educación”.
A lo que Henry Ford una vez contestó: “Si realmente quisiera responder la ingenia pregunta que acaba de hacerme permítame recordarle que en mi despacho tengo una fila de botones, y que apretando el adecuado puedo llamar en mi auxilio a hombres capaces de contestar cualquier pregunta que desee hacerles a lo que respecta al negocio al que dedico la mayor parte de mi tiempo. Ahora, dígame, ¿por qué necesito llenarme la cabeza de conocimientos generales, a fin de poder responderles a sus preguntas, cuando dispongo de hombres a mi alrededor que me pueden proporcionar cualquier conocimiento que les pida?”
Todos comprendieron que no se trataba de una respuesta de un hombre ignorante, sino la de un hombre con educación. Una persona con educación sabe de dónde obtener el conocimiento cuando lo necesita y cómo organizarlo en planes de acción definidos. Con la ayuda de su Equipo Maestro, Henry Ford tuvo a su alcance todo el conocimiento especializado que necesitó para convertirse en una de las personas más ricas de EEUU.
Antes de estar seguro de tu capacidad para convertir un deseo en su equivalente económico, necesitas un conocimiento especializado del servicio, la mercancía o la profesión que quieres ofrecer a cambio del dinero.
El camino del éxito es el camino de la continua búsqueda de conocimiento.
En todo lo que llevamos visto hasta ahora, hemos aprendido que todo lo que una persona crea o adquiere empieza en la forma de un deseo, un deseo que se asume desde el comienzo de su viaje de lo abstracto a lo concreto en el taller de la imaginación, donde se crean y organizan los planes para su transición. En el segundo apartado, de este audio, hemos visto los 6 pasos definidos y prácticos para hacer el primer movimiento en la conversión del deseo por dinero en su equivalente monetario. Uno de esos pasos es la elaboración de uno o varios planes definidos y prácticos, a través de los cuales podemos hacer esta transformación.
El ser humano más inteligente no puede triunfar en la acumulación de dinero (ni en ninguna otra empresa) sin unos planes prácticos y factibles. Cuando tus planes fracasen, no pienses que es un fracaso definitivo. Se trata de una derrota temporal y que signifique que tus planes no son acertados. Construye nuevos planes y empieza de nuevo otra vez.
Thomas Alva Edison fracasó diez mil veces antes de terminar la lámpara incandescente. Es decir, se encontró con derrotas temporales diez mil veces antes de que sus esfuerzos se coronaran con el éxito.
Henry Ford no acumuló una fortuna gracias a su extraordinaria mente, sino a que adopotó y siguió un plan que se demostró que era acertado. Podríamos señalar a miles de hombres con más educación que Ford y que, sin embargo, viven en la pobreza porque no poseen el plan correcto para acumular dinero.
Tus logros nunca pueden ser mejores que la solidez de tus planes.
Ahora pasamos a enumerar las principales características de un líder:
- Valentía inquebrantable
- Autocontrol
- Sentido agudo de la justicia
- Firmeza en las decisiones
- Firmeza en los planes
- Tener el hábito de hacer más de lo que a uno le corresponde hacer
- Una personalidad agradable
- Simpatía y comprensión
- Dominio del detalle
- Estar dispuesto a asumir toda la responsabilidad
- Cooperación
Llegamos al punto de enumerar ahora las diez principales causas del fracaso de los líderes:
- Incapacidad de organizar los detalles
- Mala disposición para prestar servicios modestos
- Expectativas de ser gratificados por lo que saben y no por lo que hacen con aquello que saben
- Temor a la competencia de los seguidores
- Falta de imaginación
- Egoísmo
- Intemperancia (falta de templanza o moderación)
- Deslealtad
- Énfasis en la autoridad del líder
- Insistencia en el título. El líder competente no necesita ningún “título” para ganarse el respeto de sus seguidores. La persona que insiste mucho en un título es porque no tiene mucho más en qué apoyarse.
Todos disfrutamos haciendo el tipo de trabajo para el que nos sentimos más adecuados. A un artista le encanta trabajar con pinturas, a un escritor, escribiendo a mí que soy locutora, me encanta trabajar con la voz. Quienes tienen talentos menos definidos también tienen sus preferencias por ciertos campos de los negocios y la industria.
¿Cómo obtener el cargo preciso que deseamos?
Paso 1. Decidir exactamente qué tipo de trabajo queremos. Si el trabajo no existe tal vez podamos crearlo.
Paso 2. Elegir la empresa o la persona para la que deseamos trabajar.
Paso 3. Estudiar a nuestro posible jefe, así como las políticas de la empresa, de personal y las posibilidades de ascender.
Paso 4. Mediante un autoanálisis de nuestros talentos y capacidades, figurarnos qué podemos ofrecer y plantear formas y medios de proporcionar ventajas, servicios, desarrollos e ideas que creamos que podemos ofrecer con éxito.
Paso 5. Olvidarnos de un trabajo. Olvidarnos de si hay una vacante. Olvidarnos de la rutina de: ¿Tiene un trabajo para mí? En lugar de esto, vamos a concentrarnos en lo que podemos ofrecer.
Paso 6. En cuanto tengamos el plan en mente, acordar con un escritor de experiencia cómo plasmarlo sobre papel de una forma pulcra y detallada.
Paso 7. Presentarlo a la persona adecuada con autoridad, y ella se ocupará del resto. Todas las empresas buscan personas que puedan ofrecer algo valioso, ya sea en forma de ideas, servicios o de “contactos”. Cualquier empresa tiene lugar para la persona que dispone de un plan de acción definido y provechoso para la compañía.
LAS TREINTA CAUSAS PRINCIPALES DEL FRACASO ¿CUÁNTAS DE ELLAS TIENES TÚ?
Comprueba por ti mismo punto por punto, cuántas de estas causas se interponen entre tú y tu éxito.
- Antecedentes hereditarios desfavorables: enfermedades, minusvalías que te impidan realizar tu labor.
- Falta de un propósito bien definido en la vida.
- Falta de ambición para superar un nivel mediocre.
- Educación insuficiente, pero recuerda que a las personas no se les paga por lo que saben, sino por lo que hacen con aquello que saben.
- Falta de autodisciplina.
- Mala salud. Muchas de las causas de la mala salud pueden dominarse y controlarse. Las principales causas son:
- Comer en exceso
- Malos hábitos de pensamiento
- Excesiva tolerancia a las relaciones sexuales
- Falta de ejercicio físico adecuado
- Mala respiración
- Influencias ambientales desfavorables durante la infancia.
- Aplazamiento.
- Falta de perseverancia.
- Personalidad negativa.
- Falta de control de los impulsos sexuales.
- Deseo incontrolable de conseguir “algo a cambio de nada”.
- Falta de un poder de decisión bien definido.
- Uno o más de los seis miedos básicos, que veremos a continuación.
- Selección desacertada de la pareja. Esta es una de las causas más habituales de fracaso. A menos de que tengas una relación de pareja armoniosa, es posible que te ayude a fracasar debido a tu infelicidad.
- Excesiva precaución.
- Selección desacertada de los asociados en los negocios.
- Superstición y prejuicios.
- Selección errónea de una vocación.
- Falta de concentración de los esfuerzos.
- Hábito de gastar indiscriminadamente.
- Falta de entusiasmo.
- Intolerancia.
- Falta de moderación.
- Incapacidad de cooperar con los demás.
- Posesión de poder no adquirido mediante los propios esfuerzos.
- Deshonestidad intencionada.
- Egotismo y vanidad.
- Adivinar en vez de pensar.
- Falta de capital.
Uno de los consejos que nos da el autor, es el de conocernos a nosotros mismos. Si uno quiere comercializar mercancías exitosamente, deberemos conocer la mercancía. Lo mismo ocurre con los servicios personales. Conviene conocer nuestras fortalezas, debilidades y nuestra valía. Nuestro valor está completamente determinado por nuestra capacidad de ofrecer un servicio útil.
El séptimo paso hacia la riqueza es LA TOMA DE DECISIONES.
Nos dice Napoleón Hill que un análisis preciso de veinticinco mil hombres y mujeres que habían experimentado el fracaso reveló el hecho de que la falta de decisión era una de las primeras de la lista de las treinta principales causas de fracaso.
La demora es el concepto opuesto al de decisión, es un habitual enemigo que debemos conquistar para ser ricos.
Las personas que no logran acumular riquezas, sin ninguna excepción, tienen el hábito de tomar decisiones muy lentamente, si es que llegan a tomar alguna, y de cambiarlas con mucha rapidez y frecuencia.
Una de las cualidades más sobresalientes de Henry Ford era su costumbre de tomar decisiones rápidamente y de forma definitiva y de cambiarlas con lentitud.
La mayoría de las personas que no logran acumular el dinero suficiente para cubrir sus necesidades generalmente son personas que se dejan influir con facilidad por las opiniones de los demás.
Si uno está influido por las opiniones de los demás, al final terminará no teniendo ningún deseo propio.
Los amigos íntimos y los familiares, aunque no lo hacen intencionadamente, a menudo nos perjudican con sus opiniones. Tenemos nuestra mente y nuestro cerebro para usarlos y tomar nuestras propias decisiones. Si necesitamos datos o información de otras personas para tomar nuestras propias decisiones, tal y como nos ocurrirá en muchas ocasiones, deberemos adquirir estos datos discretamente sin desvelar nuestro propósito.
Una característica de las personas que tienen sólo un conocimiento ligero o elemental de un tema es que intentan dar la impresión de que saben mucho. Estas personas hablan mucho y escuchan muy poco. Lo mejor es mantener los oídos y los ojos bien abiertos y la boca cerrada si queremos tomar decisiones rápidamente. Aquellos que hablan mucho suelen hacer muy poco. Si uno habla más de lo que es capaz de escuchar, no sólo se está privando de muchas oportunidades de acumular un conocimiento útil, sino que también está revelando sus planes y propósitos a personas que se deleitarán tratando de anularlo porque le tienen envidia.
Debemos permitir que una de nuestras primeras decisiones sea la de mantener la boca cerrada y los oídos y los ojos abiertos. Dile al mundo lo que quiere hacer pero primero muéstraselo.
Los que alcanzan decisiones rápida y definitivamente saben lo que quieren y por lo general lo consiguen. Los líderes de cualquier esfera social deciden con rapidez y firmeza. Éste es el principal motivo por el que son líderes. El mundo tiene la costumbre de hacerle un hueco a la persona cuyas palabras y acciones demuestran que sabe a dónde va.
El octavo paso hacia la riqueza es la persistencia, esta es un factor esencial para el procedimiento de convertir el deseo en su equivalente monetario. La base de la persistencia es la fuerza de voluntad. Cuando la fuerza de voluntad y el deseo se combinan de la manera apropiada, forman una pareja irresistible.
Aquellos que han cultivado el hábito de la persistencia parecen gozar de un seguro contra el fracaso. Independientemente de las veces que sufran una derrota. Si alguien no posee persistencia, no consigue ningún éxito notable en ninguna profesión.
La persistencia es un estado mental, por lo tanto, puede cultivarse. Como todos los estados mentales, la persistencia tiene sus raíces en causas definidas, entre las cuales destacan:
- Concreción de un propósito
- Deseo
- Autoconfianza
- Concreción de los planes
- Conocimiento preciso
- Cooperación
- Fuerza de voluntad
- Hábito
En la siguiente lista delos síntomas de la falta de persistencia el oyente hallará los verdderos enemigos que hay entre él y un logro notable.
- Incapacidad de reconocer o definir con claridad lo que uno quiere exactamente
- Dejar las cosas para más adelante
- Falta de interés en la adquisión de conocimientos especializados
- Indecisión y hábito de “pasar la pelota” en todas las situaciones en lugar de afrontar los asuntos como es debido
- Hábito de apoyarse en excusas en lugar de crear planes definidos para solucionar los problemas
- Autosatisfacción
- Indiferencia
- Hábito de culpar a los demás de los propios errores y aceptar las circunstancias desfavorables por creerlas inevitables
- Debilidad del deseo, debido a una negligencia en la elección de los motivos que impulsan a la acción
- Buena disposición por abandonar al primer indicio de derrota
- Falta de planes organizados escritos para poder analizarlos
- Hábito de no proseguir las ideas ni de aprovechar las oportunidades cuando se presentan
- Desear en vez de querer
- Hábito de aceptar la pobreza en lugar de aspirar a las riquezas
- Buscar todos los atajos hacia la riqueza, intentando conseguir sin estar dispuesto a dar
- Temor a las críticas y al fracaso a la hora de crear planes y de ponerlos en marcha por miedo a lo que los demás puedan pensar, hacer o decir
Las personas rechazan arriesgarse en los negocios porque temen las críticas que podrían recibir si fracasan. El temor a las críticas en tales casos es más fuerte que el deseo de tener éxito.
Muchas personas creen que el éxito material es el resultado de “oportunidades favorables”. Esta creencia tiene algo de cierto, pero los emprendedores que dependen de la suerte casi siempre se decepcionan porque pasan por alto el conocimiento de que ellos pueden crear oportunidades favorables.
La única oportunidad en la que cualquier persona puede permitirse confiar es en una oportunidad creada por ella misma. Y eso se logra con la aplicación de la perseverancia. El punto inicial es la concreción de un propósito.
¿CÓMO PODEMOS DESARROLLAR LA PERSISTENCIA?
Existen cuatro simples pasos que llevan al hábito de la persistencia. No requieren una gran inteligencia, ni un nivel concreto de educación, ni mucho tiempo ni esfuerzo. Los pasos necesarios son:
- Un propósito definido respaldado por un deseo imperioso de realizarlo.
- Un plan definido, expresado en una acción continua.
- Una mente que no permita ninguna influencia negativa.
- Una alianza amistosa con una o más personas que estimulen a uno a seguir hasta el final tanto el plan como el propósito.
Estos son los 4 pasos con los que uno puede controlar su propio destino económico. Son los pasos que llevan a la riqueza, ya sea en grandes o pequeñas cantidades. Son los que garantizan oportunidades favorables. Son los pasos que convierten los sueños en una realidad física. También llevan al domino del miedo, del desaliento y de la indiferencia.
El décimo paso hacia la riqueza es a través de la transmutación del sexo, ¿y qué es esto? Pues se trata del cambio mental de pensamientos de expresión física en pensamientos de otra naturaleza. El deseo sexual es el deseo humano más poderoso. Cuando uno está motivado por este deseo, desarrolla una agudeza de imaginación, coraje, fuerza de voluntad, persistencia y capacidad creativa desconocido para esa persona hasta el momento.
Tan fuerte e imperioso es el deseo de contactos sexual, que las personas ponen en riesgo su propia vida y reputación para satisfacerlo. Cuando se domina y se redirige hacia otras áreas, esta fuerza motivadora mantiene todos sus atributos de agudeza de la imaginación, coraje, etc que pueden usarse como poderosas fuerzas creativas en literatura, arte o en cualquier otra profesión entre las que se incluye, por supuesto la acumulación de riquezas.
La transmutación de la energía sexual exige el ejercicio de la fuerza de voluntad. El deseo de la expresión sexual es innato y natural. El deseo no puede ni debería ocultarse o eliminarse pero debería dársele una salida mediante formas de expresión que enriquezcan el cuerpo, la mente y el espíritu de la persona. Si no se le da estar forma de salida, mediante la trasmutación buscará sus propias salidas por canales puramente físicos.
La emoción del sexo es una “fuerza irresistible” contra la cual no puede haber una oposición. Cuando las personas están motivadas por esta emoción, se hallan dotadas de un superpoder para la acción.
La emoción del sexo contiene el secreto de la capacidad creativa. La destrucción de las glándulas sexuales, tanto de ser humano como de un animal, elimina la mayor fuente de acción. Para obtener pruebas de ello, podemos observar lo que le ocurre a un animal que ha sido castrado.
LOS DIEZ ESTÍMULOS MENTALES
La mente humana responde a estímulos mediante los cuales puede “tensionarse” a niveles más elevados de vibración, conocidos como el entusiasmo, imaginación creativa, deseo intenso… Los estímulos a los que responde más fácilmente son los siguientes:
- Deseo de expresión sexual
- Amor
- Deseo ardiente de tener fama, poder, ganancias económicas o dinero
- Música
- Amistad con personas del mismo sexo o del sexo contrario
- Una alianza maestra basada en la armonía de dos o más personas que se unen por un progreso espiritual o temporal.
- Sufrimiento mutuo, como el que experimentan las personas perseguidas
- Autosugestión
- Miedo
- Estupefacientes y alcohol
El deseo de la expresión sexual encabeza la lista de estímulos porque es el que “aumenta” más eficazmente las vibraciones de la menta y pone en marcha las “ruedas” de la acción física. De estos estímulos, ocho son naturales y constructivos y dos son destructivos.
EL GENIO SE DESARROLLA POR MEDIO DEL SEXTO SENTIDO
Este sexto sentido es la “imaginación creativa”. La facultad de la imaginación creativa es algo que la mayoría de las personas no utilizan a lo largo de sus vidas. Un número de personas relativamente pequeño de personas la utilizan con deliberación y un propósito premeditado. Los genios son aquellos que utilizan esta facultad de forma voluntaria y comprenden sus funciones.
La facultad de la imaginación creativa es el vínculo directo entre la mente finita del ser humano y la inteligencia finita.
La imaginación creativa funciona mejor cuando la mente está vibrando a un ritmo excesivamente elevado.
Estimular la acción cerebral con uno o más de los diez estímulos de la mente, tiene el efecto de elevar al individuo muy por encima del horizonte del pensamiento ordinario y le permite imaginar la distancia, el alcance y la cualidad de los pensamientos no disponibles en un plano inferior, como el que uno ocupa cuando está atareado con la solución de problemas de negocios y de rutina profesional.
Mientras estamos en este nivel superior de pensamiento, no nos limitamos con los problemas de conseguir las tres necesidades básicas de alimento, ropa y refugio, y la facultad creativa tiene toda la libertad de actuar. Estamos en un mundo de pensamientos en el que los pensamientos ordinarios se han eliminado tan eficazmente como las montañas, los valles y otras limitaciones de la visión física cuando uno vuela en avión. El camino se ha despejado para que funcione el sexto sentido y se ha vuelto receptivo a ideas que el individuo no podía alcanzar en otras circunstancias. El sexto sentido es la facultad que marca la diferencia entre un genio y un individuo corriente. Esta facultad puede cultivarse y desarrollarse sólo con el uso.
Las personas que tienen la imaginación “aguda” saben muy bien que sus mejores ideas aparecen por medio de “corazonadas”.
¿Cuál es el método para alcanzar la facultad creativa?
- Estimula su mente de modo que vibra en un plano superior al promedio, usando uno o más de los 10 estimulantes que vimos anteriormente.
- Se concentra en la parte terminada de su invención o proyecto y crea en su mente una imagen perfecta de ésta. Guarda esta imagen en su mente hasta que su subconsciente se encargue de ella.
- Luego se relaja eliminando todos los pensamientos de su mente y espera a que su respuesta llegue.
¡La mente humana responde a estímulos! Entre los más importantes está el impulso sexual. Cuando se domina y se trasmuta, la fuerza motriz es capaz de alzar a las personas a una esfera superior de pensamiento que les permite dominar las fuentes de preocupación.
La energía sexual es la energía creativa de todos los genios. Nunca ha existido ni existirá un gran líder, constructor o artista que carezca de la fuerza motriz del sexo.
Las personas alcanzan la categoría de genio sólo si estimulan su mente para que ésta aproveche las fuerzas disponibles mediante la facultad creativa de la imaginación. El mayor de los estímulos con los que puede producirse este “aumento” de las vibraciones es la energía sexual. La mera posesión de esta energía no es suficiente para crear un genio. A fin de que alguien ascienda a la categoría de genio, esta energía debe trasmutarse desde un deseo por tener contacto físico alguna otra forma de deseo y actividad. Lejos de convertirse en genios, la mayoría de los hombres, por sus grandes deseos sexuales, se reducen a sí mismos a la categoría de animales inferiores debido a una mala comprensión y a un mal uso de esta gran fuerza.
POR QUÉ LAS PERSONAS RARA VEZ PROSPERAN ANTES DE LOS CUARENTA
Nos explica Napoleón Hill que a través de un análisis de más de 25.000 personas, descubrió que las que triunfaban de forma sobresaliente, raramente lo hacían antes de los 40 años. Este estudio reveló que la principal razón no empiezan a prosperar antes de los 40 es por su tendencia a disipar sus energías por medio del abuso de la expresión física de la emoción del sexo. La mayoría de las personas nunca aprenden que el deseo sexual tiene otras posibilidades, que con mucho superan en importancia las de la mera expresión física. La mayoría de los que hacen este descubrimiento, lo hacen después de haber malgastado muchos años de un período en el que la energía sexual estaba en su máximo esplendor, antes de los cuarenta y cinco o cincuenta años de edad. Normalmente a ello le siguen logros notables.
Las vidas de muchas personas de cuarenta años, y de algunas con bastantes años más reflejan una continua disipación de energías que podrían haber sido más provechosas si las hubieran dirigido hacia otros canales. Esparcen salvajemente sus mejores y más poderosas emociones a los cuatro vientos.
Un profesor, que adiestró y dirigió los esfuerzos de más de treinta mil comerciantes, hizo el sorprendente descubrimiento de que los hombres que poseían la naturaleza sexual más desarrollada eran los más eficientes. La explicación es que el factor de la personalidad llamado “magnetismo” no es nada más ni nada menos que energía sexual. Esta fuerza vital puede aprovecharse y utilizarse para lograr grandes beneficios en las relaciones personales. Se puede comunicar energía a los demás por los siguientes medios:
- El apretón de manos
- El tono de voz (modulación de la voz, hacerla musical o encantadora)
- La postura y la presencia del cuerpo (movimiento ágil y elegante)
- Las vibraciones del pensamiento (pensamientos influyentes en los demás)
- Embellecimiento del cuerpo (cuidar el aspecto físico, la forma de vestir…)
La falta de moderación en los hábitos sexuales es igual de perjudicial que abusar del hábito de beber y comer. Un obseso sexual no es, en esencia, muy distinto de un drogadicto. Ambos han perdido el control de sus facultades de razonamiento y fuerza de voluntad.
Dejo pendiente desde la página 241.
El SUBCONSCIENTE, el undécimo paso hacia la riqueza.
El subconsciente es como una cajita donde se guardan los pensamientos de nuestra mente marcados por cada uno de nuestros sentidos. Esos pensamientos se nos quedan grabados y clasificados por medio de nuestras emociones sobre la experiencia vivida.
También podemos implantar en nuestro subconsciente cualquier plan, pensamiento o propósito que deseemos traducir a su equivalente físico o monetario. El subconsciente actúa primero con los deseos dominantes que se han mezclado con sentimientos emotivos.
El subconsciente trabaja día y noche.
Hay muchas pruebas que respaldan la creencia de que el subconsciente es el vínculo entre la mente finita del ser humano y la Inteligencia Infinita. Es el pensamiento intermediario mediante el que uno puede aprovechar las fuerzas de la Inteligencia Infinita a voluntad. Por sí solo, contiene el proceso secreto con el que se modifican y cambian los impulsos mentales en su equivalente espiritual.
Cabe recordar que el subconsciente funciona voluntariamente tanto si uno hace algún esfuerzo por influir en él como si no lo hace. Esto supone que los pensamientos relacionados con el miedo y la pobreza, sirven de estímulos para el subconsciente a menos que dominemos estos impulsos.
Estamos viviendo diariamente rodeados de todo tipo de impulsos de pensamiento que llegan a nuestro subconsciente sin que nosotros lo sepamos. Algunos de estos impulsos son negativos y otros son positivos. Seguro que ahora estás ocupado, tratando de cerrar el paso a los impulsos negativos y influyendo voluntariamente en tu subconsciente mediante impulsos positivos de deseo. Por eso existen las afirmaciones positivas y de gratitud.
Cuando notes que te están viniendo pensamientos negativos, cambia tu vibración oyendo y repitiendo estas afirmaciones. Son un excelente ejercicio. Puedes encontrar audios sobre estas afirmaciones en el podcast “El Show de Hopi”, búscalas en nuestro canal de youtube o en las aplicaciones de podcast como iVoox, Spotify, Anchor, Apple podcast, Spreaker…
Todo lo que crea el ser humano empieza en forma de un impulso de pensamiento. Las personas no podemos crear nada si primero no concebimos alguna idea en nuestro pensamiento.
El subconsciente es más susceptible a la influencia de impulsos de pensamiento mezclados con “sentimientos” o “emociones”, que a los pensamientos que únicamente se crean en la parte reflexiva de la mente.
Es un hecho conocido que las emociones o sentimientos dominan a la mayoría de las personas. Si es cierto que el subconsciente responde más rápidamente a los impulsos de pensamiento que están mezclados con emociones y se deja influir con más facilidad por éstos, es necesario familiarizarse con las emociones más importantes.
LAS SIETE GRANDES EMOCIONES POSITIVAS
El deseo, la fe, el amor, el sexo, el entusiasmo, el romanticismo y la esperanza.
Existen otras emociones positivas, pero estas siete son las más poderosas y las que se usan más habitualmente en el esfuerzo creativo.
LAS SIETE GRANDES EMOCIONES NEGATIVAS (que deben evitarse)
El miedo, la envidia, el odio, la venganza, la codicia, la superstición y la ira.
Para controlar nuestro subconsciente debemos armarnos de paciencia, fe, persistencia, comprensión y un deseo ardiente de conseguir algo.
EL CEREBRO, el duodécimo paso hacia la riqueza (no creo que ponga nada de este capítulo)
EL SEXTO SENTIDO, LA PUERTA DEL TEMPLO DE LA SABIDURÍA. Décimo tercer paso hacia la riqueza.
El sexto sentido es esa parte del subconsciente a la que nos hemos referido anteriormente con el nombre de inteligencia creativa. También como “aparato receptor” mediante el que las ideas, los planes y los pensamientos destellan en la muerte. Los “destellos” a veces se denominan “corazonadas” o “inspiraciones”.
El sexto sentido probablemente sea el medio de contacto entre la mente finita del ser humano y la Inteligencia Infinita, y por este motivo, es una mezcla de lo mental y lo espiritual.
Con la ayuda del sexto sentido, se le advertirá con antelación de los peligros inminentes para que pueda evitarlos, y se le notificarán las oportunidades para que las aproveche.
Acudirá en su ayuda y a su petición, con el desarrollo del sexto sentido, un “ángel guardián” que en todo momento le abrirá las puertas al templo de la sabiduría.
Nos confirma el autor: “esto es lo que sé; que hay un poder, Primera Causa o Inteligencia que impregna cada átomo de materia y abarca todas las unidades de energía perceptibles para el ser humano y que esta Inteligencia Infinita convierte las bellotas en robles, que la noche siga al día, el invierno al verano, y que todo mantenga su lugar y relación adecuada con el otro. Esta Inteligencia puede, mediante los principios de esta filosofía, impulsarse a ayudar en la trasmutación de los deseos en formas concretas o materiales. Sé todo esto porque he experimentado con ello y vivido mi experiencia”, nos dice Napoleón.
Mientras vivía la época de la idolatría, el escritor se encontró intentando imitar a los que más admiraba. Además descubrió que la fe con la que trataba de imitar a sus ídolos, le dio más capacidad para hacerlo con bastante éxito.
Mi experiencia me ha enseñado que para ser verdaderamente importante lo mejor que se puede hacer es emular a las personas importantes, sintiendo y actuando lo más parecido posible a como ellas lo hacen.
Mucho antes de que hubiera escrito una sola línea de una publicación o hubiese tratado de dar una charla en público, tenía la costumbre de reconfigurar mi propio carácter tratando de imitar a los nueve hombres cuyas vidas y obras habían sido las más impresionantes para mí. Estos nueve hombres eran: Emerson, Edison, Darwin, Lincoln, Burbank, Napoleón, Ford y Carnegie.
Cada noche, durante un periodo de muchos años, sostenía una reunión con este grupo al que llamaba “consejeros invisibles”.
El procedimiento era el siguiente: justo antes de acostarme por la noche, cerraba los ojos y veía en mi imaginación, a este grupo de hombres sentado conmigo alrededor de mi mesa del consejo. Aquí no solo tenía una oportunidad de sentarme entre aquellos que consideraba importantes, sino que realmente dominaba el grupo, haciendo las funciones de presidente.
Tenía un propósito muy definido de complacer mi imaginación con estas reuniones nocturnas. Mi objetivo era reconstruir mi propio carácter para poder representar una combinación de los caracteres de mis consejeros imaginarios. Como sabía, desde que era pequeño, que tenía que superar la desventaja de haber nacido en un entorno de ignorancia y superstición, me asigné de manera deliberada la tarea de un renacer voluntariamente con el método aquí descrito.
En alguna parte de la estructura celular del cerebro hay un órgano que recibe vibraciones del pensamiento comúnmente llamadas “corazonadas”. Hasta ahora, la ciencia no ha descubierto dónde se localiza este órgano del sexto sentido, pero eso no es lo importante. El hecho es que los seres humanos reciben un conocimiento preciso mediante fuentes distintas a los sentidos físicos. Este conocimiento, generalmente se recibe cuando la mente se halla bajo la influencia de una estimulación extraordinaria.
CÓMO BURLAR A LOS 6 FANTASMAS DEL MIEDO
En el último capítulo del libro, el escritor nos insta a que hagamos un inventario de nosotros mismos y descubramos cuántos de estos “fantasmas” se interponen en nuestro camino.
Empecemos con el estudio, el análisis y la comprensión de tres enemigos que deben eliminarse, y que son los siguientes: la indecisión, la duda y el miedo.
¡La indecisión es el vástago del miedo! La indecisión se cristaliza en duda y juntas se combinan para convertirse en miedo. El proceso de combinación normalmente es lento, y es una de las razones que explican por qué estos tres enemigos son tan peligrosos. Germinan y crecen sin que pueda observarse su presencia.
LOS SEIS TEMORES BÁSICOS
Citados en función de la frecuencia con que suelen aparecer son: El temor a la pobreza, a las críticas, a la mala salud, a la pérdida del amor de alguien, temor a envejecer y a la muerte.
Los temores no son más que estados mentales.
El ser humano no puede crear nada que primero no conciba en forma de impulso del pensamiento. A esta afirmación le sigue otra de mayor importancia: los impulsos del pensamiento del ser humano empiezan inmediatamente a convertirse en su equivalente físico, sean estos pensamientos voluntarios o involuntarios. Es por ello que no entendemos por qué algunas personas parecen ser “afortunadas” mientras que otras con igual o mayor capacidad, educación, experiencia… parecen estar destinadas a pasearse con la desgracia. Esto puede explicarse por el hecho de que todo ser humano tiene la capacidad de controlar completamente su propia mente, y con este control, toda persona puede abrir su mente a los miedos o cerrar la puerta herméticamente y admitir solo los pensamientos positivos que elija.
Es cierto que todo pensamiento tiende a vestirse con su equivalente físico y es igualmente cierto que los impulsos del pensamiento de miedo y pobreza no pueden traducirse en términos de coraje y ganancias económicas.
EL TEMOR A LA POBREZA
¡No puede haber correspondencia entre la pobreza y la riqueza! Los caminos que llevan a la pobreza y a la riqueza tienen direcciones opuestas. Si uno desea riquezas, debe negarse a aceptar toda circunstancia que lleva a la pobreza. (La palabra “riqueza” se utiliza aquí en su sentido más amplio, referente a las posiciones económica, espiritual, mental y material). El punto inicial que lleva a la riqueza es el deseo.
Si quieres riquezas, debes determinar en qué forma y qué cantidad necesitará para estar satisfecho. Conoces el camino que lleva a la riqueza. Si no empiezas o te detienes antes de llegar, no podrás culpar a nadie más que a ti mismo. Es responsabilidad tuya. Ninguna excusa te salvará de aceptar tu responsabilidad si fracasas o si te niegas a pedirle riquezas a la vida, porque la aceptación sólo necesita una cosa, que es casualmente lo que nosotros podemos controlar, el estado mental. Un estado mental es algo que asumimos. Éste no puede comprarse, debe crearse.
¡El temor a la pobreza es un estado mental, nada más! Pero es suficiente para destruir las posibilidades de éxito en cualquier empresa. El miedo a la pobreza es, sin duda, el más destructivo de todos los miedos. Encabeza la lista porque es el más difícil de vencer.
Existe una creencia muy extendida de que un individuo no vale nada sino puede mostrar una generosa cuenta bancaria; pero si tiene dinero (independientemente de cómo lo haya obtenido) es un “rey”.
Nada le da al hombre tanto sufrimiento y humillación como la pobreza. Sólo aquellos que han experimentado la pobreza comprenden el completo significado de esta afirmación.
No es de extrañar que el ser humano tema la pobreza.
SÍNTOMAS DEL TEMOR A LA POBREZA
Indiferencia: falta de ambición, disposición a tolerar la pobreza, pereza mental y física, falta de iniciativa.
Indecisión: permitir que los demás piensen por uno
Duda: creamos excusas para encubrir nuestros fracasos y algunas veces se expresa en forma de envidia o críticas hacia aquellos que prosperan.
Preocupación: normalmente se manifiesta en la búsqueda de defectos en los demás, en una tendencia a gastar más de lo que ganamos, ingesta de alcohol, uso de narcóticos, nerviosismo, desconfianza.
Exceso de precaución: buscar el lado negativo de toda circunstancia, pensar y hablar del posible fracaso en vez de concentrarnos en los medios para triunfar. Esperar el momento adecuado para empezar a poner ideas y los planes en acción, hasta que la espera se cinvierte en un hábito permanente.
Aplazamiento: dejamos para mañana lo que deberíamos haber hecho hace un año y dedicamos mucho tiempo a la elaboración de excusas. Nos negamos a aceptar nuestra responsabilidad. Negociamos con la vida por un céntimo, en lugar de pedirle prosperidad, opulencia, riquezas, satisfacción y felicidad, planeamos qué hacer si llega el fracaso en vez de quemar todos los barcos e imposibilitar la retirada. Nos quedamos esperando ser pobres en lugar de exigir riquezas, nos juntamos con aquellas personas que también aceptan la pobreza en lugar de buscar la compañía de aquellos que piden y reciben riquezas.
Y ya para terminar con este programa, Napoleón Hill nos suelta estas frases maravillosas:
La llave maestra para alcanzar la riqueza es intangible, pero es poderosa. Es el privilegio de crear, en la propia mente, un deseo ardiente por un tipo concreto de riquezas. No hay ninguna penalización por el uso de la llave, pero hay un precio que uno debe pagar si no la utiliza: ese precio es el fracaso. Si utilizas la llave, hay una recompensa de proporciones magníficas: la satisfacción que sobreviene a todos los que conquistan su ego y obligan a la vida a pagarles aquello que le piden.
La recompensa es digna de esfuerzo. ¿Te pondrás mano a la obra para convencerte de ello?